La autoestima positiva

La autoestima positiva

La autoestima es una necesidad que radica en sentir aprecio por uno mismo y ser apreciado por las demás personas. La autoestima, que parte del autoconocimiento y la autoaceptación, es decisiva en nuestra manera de pensar, sentir, decidir y actuar desde nuestra niñez.

Las personas con autoestima positiva tienen confianza en sí mismas, son optimistas, empáticas, consideradas, se rigen por valores, no se dejan manipular, no suelen sentir culpa, su pasado les sirve para mejorar su presente, son capaces de resolver problemas y también de pedir ayuda, reconocen y aceptan a las demás personas tal y como son. Lo contrario sucede a las personas con autoestima baja o negativa que están insatisfechas consigo mismas, son indecisas, pesimistas y experimentan culpa por casi cualquier cosa, no son capaces de decir “no” incluso en situaciones que las ponen en peligro, son irritables y sus propias fallas las ven como un desastre y no como una oportunidad de aprendizaje.

Y, ¿qué relación tiene la autoestima con la convivencia en armonía?. Como habrán deducido, la autoestima positiva, que se basa en la consideración hacia uno mismo y las demás personas, previene las actitudes y conductas violentas. Mientras que la autoestima negativa representa un riesgo para las personas que no se valoran a sí mismas ni a los demás, facilitando que sean víctimas de violencia o generando personas inseguras y violentas.

Cheerful child carrying his backpack ( back to school concept )

Ahora se preguntará –¿cómo formamos la autoestima?. La autoestima se desarrolla desde nuestros primeros años de vida, a través de mensajes verbales y no verbales. Por ejemplo, mensajes positivos como “lo hiciste muy bien”, “te felicito por tu esfuerzo”, “lo lograste”, “eres alguien maravilloso” o “tu eres importante”, favorecen nuestra autoestima; pero, mensajes negativos como “es solo el segundo lugar”, “eres inútil”, “los hombres no lloran”, “niña tenías que ser”, afectan nuestra autoestima.

Con la autoestima positiva se pueden eliminar estereotipos, desigualdades, sumisión, autoritarismo y discriminación que hemos aprendido en casa, el centro educativo, la iglesia o los medios de comunicación, entre otros. O en el caso de nuestros hijos, hijas o estudiantes podemos ayudarlos a dar un sentido positivo a sus vidas y enseñarles a convivir en armonía.

¿Sabía que la educación integral en sexualidad promueve la habilidad del autoreconocimiento, autoaceptación y autoestima?