Indicadores en la víctima de acoso escolar
Como madre o padre no se debe ser crédulo y pensar que un hijo o una hija no será víctima de acoso escolar. Siempre imaginamos que no será así, pero el riesgo existe. Algunos ejemplos: la madre que denunció como su hijo fue desnudado y su cabeza introducida en un basurero, el chico de 8 años vapuleado al salir de clases, la chica de 13 años que intentó suicidarse al verse acosada en redes sociales y el niño de 5 años muerto trágicamente a consecuencia de la golpiza que le propinaron dos de sus compañeros.
Ahora, se preguntará ¿cómo puedo detectarlo?
He de confesarle que el acoso escolar es una violencia que se “invisibiliza”: a) al darse entre pares –compañeros de la misma edad– suele ser desatendida o bajo dimensionada; b) la mayoría de víctimas no cuentan lo que sucede, lo cual limita que reciban la atención necesaria; c) la baja autoestima puede hacer que la víctima llegue a pensar que merece ese maltrato; d) la culpa no permite a la víctima asumir que el único culpable de la violencia es quien le agrede; e) ciertas víctimas consideran que denunciar es un acto de cobardía; y, f) la víctima no es consciente que sufre violencia[1] verbal, psicológica, social, física, sexual o ciberbullying.
De ahí la importancia de atender los siguientes indicadores:
- Somatización: dolencias en cualquier parte del cuerpo sin una causa física aparente.
- Cambios de humor: enojo, irritabilidad, temor, angustia, tristeza, ausencia, apatía.
- Cambios en el rendimiento escolar: baja en las calificaciones, atención dispersa.
- Cambios en el hábito alimenticio: deja de comer o come mucho, náuseas o vómitos.
- Cambios en el patrón de sueño: deja de dormir o solo quiere dormir, pesadillas, quiere la luz encendida o empieza a orinar la cama.
- Cambios de comportamiento: tendencia agresiva hacia sus hermanos, hermanas o pares, e incluso con las mascotas de su casa.
- Cambios de hábitos cotidianos: no quiere ir a clases, se oculta de ciertos pares, no desea viajar en el bus, solicita compañía en determinadas rutas o lugares.
- Lesiones: daño en cualquier parte del cuerpo sin explicación clara del origen o que se presentan con cierta frecuencia.
- Autoagresión e intención suicida: si se llegan a causar daño a si mismos o manifiestan quitarse la vida.
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¿Sabía que la educación integral en sexualidad le
da la oportunidad de mejorar la relación y confianza con su hijo o hija?
[1] Consulta: A. T. Jack (22 octubre 2017). Cómo actuar ante el acoso escolar. Orientaciones básicas para las familias.